domingo, 19 de abril de 2015

Coaching y educación

Las cosas irían mejor socialmente si el coaching estuviera en los primeros estadios de la educación.
Esto haría que todos los seres humanos crecieran con una competencia y sensibilidad para gestionar sus propias emociones y ponerlas en relación con el otro, sublimándonos como especie.
Una de las más importantes implicaciones es que en todos los puestos de trabajo en los que hay interacción con personas (la mayoría por no decir todos, porque siempre habrá una interrelación por mínima que sea) habría una sensibilidad especial.
En el caso de la medicina, es imprescindible y debería estar incluido en los currículos universitarios, tratan con personas que están en una situación de vulnerabilidad y hay que ser muy profesional y muy humano desde el respeto y la admiración con el paciente para que crezca y luche por recuperarse.
En cuanto a la educación voy a explicar lo que siento con una metáfora de algo con lo que me siento muy identificada por trabajar en ella, una ONG.
El coaching en educación debería ser como una ONG cuyo fin es dejar de ser necesaria en los países donde se actúa. Es decir, acompañar en la  transformación de sociedades y personas y desaparecer, llevándonos ambas partes la riqueza de compartir como seres humanos vivos.
 Lo ideal sería que tanto en un caso como en otro el desarrollo de las personas se diera de forma natural, pero no interesa, se requieren sociedades manipulables, para obtener sus recursos naturales o bien materiales, esta es nuestra realidad y mi compromiso es hacer todos los cambios que estén en mi mano para conseguir una transformación, que unida a muchas otras, sea significativa en la meta del bienestar humano.



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